Lo vintage está de moda

Yo, como fiel compradora compulsiva, cuando pienso en moda pienso en tiendas llenas de ropa, colores, estampados, complementos… cada uno tiene su paraíso particular. Cada uno tendrá su tienda fetiche. O su prenda fetiche. Y a veces esa prenda está en la tienda más cara…o en una tienda de segunda mano.

Pues sí, ahora que está tan de moda lo vintage, las tiendas de ropa de segunda mano (o thrift shops, para los modernos) están en pleno apogeo, y ya no sólo porque atravesamos una época de crisis en la que ya no podemos destinar tanto a calidad como a cantidad, sino porque uno puede encontrar verdaderas joyas en estas tiendas. La gente con exceso de ropa que ya no usa –o que no ha llegado a usar nunca, como es mi caso…- dona su ropa a otra gente que la pueda necesitar o adquirir a un precio nimio. Cuando yo era pequeña, lo normal era donar la ropa a las monjas, en el convento de aquí, al lado de casa, porque las tiendas de segunda mano eran poco conocidas o simplemente no existían. Pues bien, de un tiempo a esta parte, un poquito por motivo de crisis y otro poquito porque llevar cosas de abuelo es lo más, cada vez hay más demanda y oferta de tiendas en las que por poco dinero tienes prendas prácticamente nuevas, un gran porcentaje incluso con etiqueta puesta.

Uno puede pensar que estas tiendas ofrecen ropa gastada, que nadie llevaría o incluso rota o sucia. Nada más lejos.

La ropa está limpita y como nueva, nada de sietes por aquí o descosidos por allá. Simplemente es ropa que, como dije antes, se ha comprado y tiene dos puestas o ninguna, el dueño no la ha querido y la ha donado. Y os puedo asegurar que hay auténticas genialidades en tiendas de segunda mano. Por unos pocos euros tienes cualquier prenda que se adapte a tus preferencias, y de paso aseguras no repetir modelito en clase o en el trabajo, como suele ocurrir con ropa de tiendas low cost de rigor (¿Quién no se ha encontrado con alguien en clase/trabajo con esa camisa que tanto te gusta o esa falda que tan bien te queda –¡Y que a ella le queda mejor!-?)

Además, la ropa viene de tantos armarios diferentes que tanto puede ser de tiendas low cost como de otras con mayor renombre: Moschino, Louis Vuitton, Chanel, … como lo leéis (con certificado de autenticidad, ¡claro!). Servidora es testigo de que se pueden encontrar verdaderos tesoros en tiendas a veces denostadas. Hay de todo, para todos los gustos, sólo se trata de buscar.

Así que os animo encarecidamente a que visitéis tiendas de segunda mano de vuestra ciudad; no se pierde nada y se puede ganar mucho, y cuando se encuentra algo caro a un precio tirado, uno se siente incluso realizado. ¡Uno nunca sabe lo que puede encontrar! Feliz semana ♥

Marta Peláez

Deja un comentario

Blog de WordPress.com.

Subir ↑